En las últimas semanas, nos han llegado tristes noticias de expertos que han dedicado su vida a la formación y divulgación de conocimiento para mejorar personal y profesionalmente. Primero fue Stephen Covey que falleció tras de un accidente y esta semana, después de estar 18 meses luchando contra la leucemia, Chet Holmes también nos ha dejado. Y enfatizo en su batalla porque siempre ha demostrado ser una auténtico luchador. Chet practicó karate durante toda su vida y esta disciplina la supo llevar a todos los terrenos, logrando formar la identidad por la que hoy en día le conocemos. A través del esfuerzo, la repetición y la práctica fue creando una personalidad única para las ventas y, posteriormente, para la formación.

Fruto de esta experiencia, nos queda como herencia uno de los mejores libros para cualquier profesional y, particularmente, para toda empresa que quiera hacer crecer sus ventas mejorando el rendimiento de las acciones de marketing y las decisiones de la dirección general. The Ultimate Sales Machine está pensado para las compañías que aspiran a un crecimiento empresarial y personal sobre unos buenos cimientos y que velan por la ética.

Uno de los puntos más simples y mejor explicados del libro es la gestión del tiempo. Si no somos capaces de organizar nuestro tiempo, difícilmente vamos a ser capaces de cumplir cualquier objetivo que nos propongamos. El interés en este campo se debe a que Chet decidió abandonar un frustrante curso sobre esta materia nada más empezar porque estaba viendo que final dedicaba más tiempo a controlar cómo gestionaba sus horas durante el día que realmente aprender a ser una persona productiva. Esto le llevó a crear su propio método, partiendo de la sencillez.

La técnica de Chet Homles cuenta con 5 únicos puntos:

Punto 1: Tócalo una única vez

Es muy frecuente llegar a la oficina o a casa, mirar una carta, echarle un vistazo durante 5 minutos y después decidir que no era el momento idóneo para dedicarle este tiempo. Por lo que la acabamos dejando y decidimos mirar el email… pero nos volverá a pasar lo mismo. Tal vez alguien nos llame y, de nuevo, no tengamos tiempo para contestar aquel correo electrónico que teníamos abierto.

Con esta práctica tan común habremos perdido 15 minutos sin llegar a acabar ninguna acción concreta. Chet, al igual que el método GTD de Paul Allen, nos dice que si sabemos que no podemos dedicar el tiempo necesario a una labor mejor no empezarla. Por tanto, una vez tengamos en nuestra agenda este espacio será el momento de dedicarnos al 100% a ello (responder todos los e-mails, leer las cartas que nos lleguen…) con la condición que esperamos a hacerlo porque sólo nos dedicaremos una única vez a ello.

Punto 2: Haz una lista (pero solo de 6 cosas)

Si no tienes ninguna lista de tareas a realizar estas actuando de modo reactivo, irás respondiendo a todo aquello que te vaya llegando. En cambio, con una lista podrás organizar tu día y cumplir con lo que es realmente importante.

No obstante, las listas presentan un inconveniente: la mayoría de las veces tenemos listados de 25 obligaciones, hecho que acaba siendo frustrante. Chet aconseja simplificarla a un máximo de 6 actividades. Sólo aquellas que verdaderamente sean importantes y hagan una diferencia en tu trabajo. Es imprescindible que termines esas 6 tareas en el día (ni una más ni una menos).

Punto 3: Asignar un tiempo para cada tarea

Debes estimar el tiempo que tardarás en hacer cada cosa de una forma realista. No pienses todavía cuando vas a hacer cada tarea, sino el tiempo que te llevará. Si requiere muchas horas debes pensar que en ese día sólo harás una parte de ese objetivo que es el que tienes que planificar. Ten cuidado porque si las 6 tareas ya te roban 10 horas está claro que no vas a poder completar toda esta faena porque, a parte, tendrás otras obligaciones que cumplir. Chet nos recomienda que como máximo estas 6 labores deben ocupar 6,5 horas.

Punto 4: Planifica tu día

Ahora es el momento de introducir cada tarea en la agenda del día con una hora prevista para hacerlo. también es importante que dejes tiempo planificado para cosas imprevistas como puede ser responder emails, reuniones cortas con personas de tu equipo etc..

Punto 5: Prioriza

Al revisar tu día, comprueba que los trabajos más importantes se encuentran en las primeras obligaciones de tu lista para asegurarte que los vas a poder terminar. No dejes nada hasta que esté terminado y puedas pasar a la siguiente acción. Sino, se te acumulará la faena y toda la organización que habrás hecho no habrá servido de nada.

Como podéis ver, las palabras de Chet Holmes no tiene desperdicio. Si no has leído su libro “The ultimate sales machine” te recomiendo que lo dejes escapar para tu biblioteca personal. Se trata de una de las lecturas más interesantes y productivas para todo emprendedor que busca lecciones expertas y realistas a fin de mejorar continuamente.

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