¿Cuántas veces te ha sucedido que has estado horas respirando profundamente y exhalando despacio para acumular el suficiente coraje y enfrentarte a tu jefe? Porque sabes que vas a decirle algo que no le va a gustar o porque le has de dar una negativa respecto alguna orden que él ha dado. Esta realidad la hemos vivido muchos de nosotros o la estamos viviendo y no es nada agradable. Mejor sería poder decirle que no tranquilamente y luego bajar al bar de la esquina a hacer unos mojitos juntos porque gracias a tu “no” la empresa se ha salvado de una catástrofe nuclear. Realmente, tenemos que aprender a decir no a nuestro jefe para ser felices (sin que nos despidan en el intento).
Decir NO a tu Jefe
No tendría que ser un problema decir no a tu superior, ya que si se hace de forma asertiva y se justifica con un mensaje bien construido puede ser muy beneficioso para la empresa, el equipo y para ti, porque detrás de esa negativa puede haber un motivo de peso. Imagínate que tu equipo ha diseñado una campaña de email marketing para un país extranjero y teníais previsto lanzarla un día concreto. Pero unos días antes tú descubres que ese día es fiesta en ese país; lo primero que harás es ir corriendo a decirle a tu jefe que no podéis lanzar ese día el mailing por ese motivo… y como has salvado la inversión del cliente luego toca fiesta y mojitos, y dejo el tema ya que me repito ;).
Un ejemplo como el anterior es lo normal, aunque a veces hay responsables con los cuáles es difícil lidiar, porque para ellos una negativa significa que estás poniendo en duda su autoridad. Pero esta forma de liderar ya está obsoleta, el mando y ordeno ha pasado a mejor vida. Hoy en día los jefes no gestionan empresas o departamentos, sino que han de entender que están gestionando personas y que éstas son el valor activo más importante. Son profesionales muy bien capacitados, con un alto conocimiento y con un punto de vista y opiniones que pueden ser muy valiosas para la compañía.
6 pautas para decir NO y quedar bien
Aprender a decir no a tu jefe (sin que te despidan en el intento) es una necesidad para que uno mismo y nuestra empresa sea feliz. Porque en las empresas felices no estar de acuerdo en todo ayuda a enriquecer el trabajo final y a que las personas puedan expresar libremente sus puntos de vista. ¡Ya que de un comentario divergente pueden salir grandes ideas y soluciones! Aquí detallo 6 motivos por los cuáles un “no” a tu líder, dicho a tiempo, puede ser muy útil:
- Puede que tengas que darle una negativa a tu jefe porque la estrategia que está diseñando no es la idónea, ya que él no disponía de toda la información del proyecto cuando se puso a crearlo. De esta forma le estás ayudando, ya que así podéis crear entre todos un plan que contemple todas las posibilidades. Aquí no estás destruyendo nada, solo aportando y enriqueciendo el trabajo final.
- “Esperad un momento, no digo que vuestra idea no sea genial, pero se me ha ocurrido que podríamos incluir en el proyecto…” Con frases así es como surgen las estrategias más maravillosas. Una idea retroalimenta la siguiente y en el equipo se genera un brainstorming. En esta ocasión el “no” no significa una negativa rotunda, sino simplemente “déjame añadir algo más a la idea original”.
- A veces tu jefe es como una metralleta de ideas. ¡Está genial esto! Y muchas pueden ser muy buenas. Pero el problema es que tú solo tienes dos manos, dos pies y una cabeza y unas horas determinadas de dedicación al trabajo. Duplicarte o triplicarte es imposible. En estos casos tendrás que aprender a priorizar lo que es importante, apuntarte el resto de las ideas por si un día se pueden desarrollar y explicarle a tu jefe qué tareas vas a poder llevar adelante y cuáles vas a dejar en el tintero por el momento.
- También hay jefes que se comunican contigo las 24h del día. Lo primero que te viene a la cabeza es: “¿no tiene vida personal o no entiende que todos necesitamos unas horas de descanso?”. Aquí el Whatsapp tiene mucho de culpable. En estos casos es mejor afrontar el tema de forma tranquila un día (con un mojito en la mano), dándole a entender a tu responsable que te encanta tu trabajo y disfrutas mucho con tus objetivos, pero que cuando estás fuera de la oficina también necesitas tu tiempo para desconectar. Se entiende que a veces sí es necesario estar en contacto en horas de tiempo libre, pero como algo excepcional y no como rutinario.
- Decir que “no” a veces es beneficioso para todo el grupo. A veces los jefes sugieren/ imponen sutilmente ideas, formas de trabajar, proyectos o clientes que generan conflictos o estrés en el grupo. En estos casos es necesario reunirse con él y explicarle entre todos cuál es el problema, qué lo genera y por qué pensáis que la mejor solución es decir que no en ese caso. Al principio puede ser dura la negativa para el líder, pero si escucha a las personas que trabajan con él, estas al final se lo agradecerán. Así la motivación y la felicidad en la empresa será mayor.
- Tu jefe por defecto siempre dice “no, no y no”. Aquí estamos ante un serio problema. Si el responsable de tu equipo no escucha a nadie y considera que el mando y ordeno es la única fórmula que existe de jerarquía, solo conseguirá desmotivar a los profesionales de la empresa y que a la larga realicen su trabajo con desgana. Pero el mayor peligro será la fuga paulatina de talento, porque la solución ante un entorno hostil tiende a ser buscar uno más confortable. Todo el equipo podéis intentar hablar con vuestro jefe de forma asertiva, pero si se cierra en banda pocas posibilidades hay de encontrar una solución, ya que los cambios que afectan a toda la empresa siempre han de partir de la directiva.
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