Se estima que los Millennials permanecen, de media, tres años en la misma empresa. Si lo comparamos con las generaciones anteriores la cifra es muy distinta: los Baby Boomers y la Generación X trabajan para la misma organización unos diez años.
La gestión del talento es sin duda unos de los desafíos para las empresas de hoy en día y debemos trabajar en ello porque los Millennials representarán el 75% de la fuerza laboral en 2025 y su visión del trabajo es muy diferente a la de las generaciones predecesoras.
Quizá el primer paso esté en cambiar la terminología y en vez de “retener el talento” deberíamos “atraer el talento” y buscar nuevas dinámicas que estén alineadas con su forma de trabajar. Como apuntaba Juan Manuel Chicote, director de recursos humanos de DKV, la palabra retener tiene un connotación negativa y en todo caso, más que retener, deberíamos cuidar al equipo y procurar su bienestar en el entorno laboral.
La gestión del talento es el gran desafío para la empresas
Para garantizar la felicidad de los Millennials, es fundamental que las compañías entiendan su concepción del trabajo y la intenten acomodar con la cultura de la organización. Esta generación demanda una serie de atributos que muchas empresas no contemplan y automáticamente dejan de ser atractivas para ellos. Debemos tener una actitud positiva frente a las novedades, estar abiertos a los cambios y ser conscientes de que la tecnología puede ayudarnos a ponerlos en práctica.
Los Millennials permanecen, de media, tres años en la misma empresa
Para abrir el debate me gustaría compartir con vosotros cuatro aspectos que a mi parecer son claves para atraer el talento Millennial. Nosotros, en Cyberclick, ya los hemos puesto en marcha y funcionan así que os invito a probarlos.
- De un jefe a un coach o mentor: la concepción que tienen los Millennials del liderazgo y la gestión de equipos es totalmente distinta a la de las generaciones anteriores. El casposo concepto de jefe ya ha quedado obsoleto, los Millennials quieren jefes cercanos, algo así como un coach o un mentor, alguien que comparte lo que sabe, que les brinda su experiencia, valore sus capacidades y se focalize en sus potencialidades para sacarles el mayor partido. Peter Drucker, uno de los mayores expertos en dirección de empresas del mundo, lo decía hace unos años con claridad:
“Nadie debería ser nombrado para una posición directiva, su si visión se enfoca sobre las debilidades, en vez de sobre las fortalezas de las personas”.
Los Millennials quieren personas que les ayuden a asumir nuevos retos y les hagan creer que pueden lograrlo, porque así es como los conseguirán.
2. De la evaluación anual a un feedback constante: seguramente por la educación que recibieron, acostumbrados a felicitaciones constantes y respuestas instantáneas, los Millennials no van a esperar a la revisión anual para saber qué están haciendo bien y cómo pueden mejorar. Un año es una eternidad para ellos!
Esta generación depende de un feedback constante porque así es su método de aprendizaje, la interacción permanente es su medio natural, así es como se han formado. Desde bien pequeños sus padres les han hecho creer que son especiales y, por tanto, son una generación que espera interacción continua y retroalimentación por parte de sus responsables, superiores o compañeros para mejorar y superarse.
Los Millennials están acostumbrados a valorarlo todo en Tripadvisor, Google, Amazon, Glassdoor y por eso mismo esperan que a ellos también se les valore.
En definitiva, se trata del mismo proceso de aprendizaje que explica el psicólogo Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002, junto con Vernon Smith en su libro Pensar rápido, pensar despacio:
“La adquisición de habilidades requiere de un entorno regular, una oportunidad adecuada para practicarla y una retroalimentación rápida e inequívoca para que los pensamientos y las acciones sean los correctos”.
El progreso de un Millennial depende de cosas tan sencillas como mejorar la comunicación dentro de la empresa y reemplazar la revisión de objetivos anual por un feedback constante.
3. De mejorar tus debilidades a potenciar tus fortalezas: me gustaría recuperar la idea del primer punto pero desde la perspectiva del rendimiento y la eficiencia de los equipos. Los Millennials saben trabajar en equipo, desde bien pequeños están acostumbrados a colaborar entre ellos y repartirse las tareas en función de sus habilidades o preferencias de manera que cada uno trabaja en lo que más le gusta o se le da mejor.
“Las fortalezas están en nuestras diferencias, no en nuestras similitudes”, citaba Stephen Covey, otra autoridad en la gestión empresarial.
De hecho, cuando combinamos fortalezas y trabajo en equipo conseguimos un ventaja competitiva en los resultados y un mayor rendimiento. Nadie puede ser el mejor en todo y en el mundo en el que vivimos, tan transversal, hiperconectado y cada vez más complejo, nadie trabaja completamente solo.
4. De un trabajo para cobrar un salario a trabajar para realizarte: los Millennials conciben el trabajo como una parte integral de sus vidas, aspiran a realizarse en la vida través de su carrera profesional. Quieren trabajar en algo que les guste, les motive y les haga sentir bien. Para un millennial no hay nada más importante que trabajar en algo en lo que realmente cree y aporte valor, que vaya más allà de la rentabilidad económica. Necesitan identificarse con la la filosofía de la empresa, el estudio “Millennials in tech” de Force Manager así lo revela:
el 87% de los Millennials considera la filosofía de la organización como uno de los aspectos más importantes cuando valora una empresa.
El sueldo ya no es palanca de atracción, si el salario es competitivo, un Millennial preferirá irse a una empresa con propósito que comparte sus valores. Quieren construir un mundo mejor y esperan que las empresas por las que trabajan contribuyan a ello. Por ejemplo, Google difunde conocimiento y lo hace accesible para todos, Zappos crea empresas felices, la Fageda promueve la inclusión social…
Todas estas características son las que Mateo, el protagonista del libro que David Tomás acaba de publicar, espera de una empresa. Este joven de 24 años, tras una inesperada experiencia laboral, reflexiona sobre aspectos fundamentales de la cultura empresarial y comparte las claves para que un Millennial sea feliz en el trabajo. Si quieres descubrirlas te invito a leer Diario de un Millennial.