El 31 de diciembre de 1600 nacía la primera oficina de la historia. Fue creada por la Compañía Británica de las Indias Orientales, en ella filas de trabajadores llevaban la contabilidad y la administración de la compañía. La idea de oficina moderna surgió con el modelo de producción en línea del empresario Henry Ford y evolucionó hacia la aparición de espacios abiertos, con hileras de escritorios para maximizar el número de máquinas de escribir que podían caber dentro de un mismo espacio, combinados con zonas privilegiadas que albergaban los despachos de los directivos. Con el paso del tiempo, las oficinas fueron adoptando salas para reuniones y espacios para la socialización.  

El concepto “oficina” nació hace más de 400 años y aunque es cierto que la tecnología y las herramientas que utilizamos, así como la organización del espacio y las dinámicas de trabajo han evolucionado muchísimo, la forma de trabajar seguía siendo el mismo hasta la llegada del covid. Antes de la pandemia, la gran mayoría de compañías contaban con un espacio de trabajo compartido donde cada día acudían los trabajadores para desarrollar su actividad profesional.

La crisis sanitaria, no obstante, ha puesto de manifiesto que otra forma de trabajar es posible y que el equipo de una compañía no tiene que compartir necesariamente el mismo espacio para estar bien coordinado y ser productivo. Ahora tenemos la oportunidad de reinventar el concepto de oficina y plantear otra forma de trabajo. El nuevo paradigma laboral augura cambios en el horario, la jornada laboral y el lugar de trabajo y, además, propiciará otras formas de liderazgo y relaciones entre colaboradores, así como nuevas habilidades sociales. 

Mar Souto, coordinadora del grado de Recursos Humanos y Relaciones Laborales de la Universidad Internacional de La Rioja, apunta que el cambio es tan profundo que viviremos una transformación completa hacía la denominada empresa inteligente o colaborativa en la que el capital social y la inteligencia artificial se convierten en piezas clave para los propósitos organizacionales. Ya hemos dejado atrás la empresa industrial e incluso la digital y nos preparamos para un nuevo concepto de compañías. 

3 características de las empresas poscovid

- Adiós a la presencialidad: la pandemia ha obligado a muchas compañías a probar el teletrabajo y ha evidenciado que trabajar en remoto es posible si contamos con las herramientas tecnológicas necesarias. 

El estudio El futuro del trabajo después del COVID-19 de McKinsey Global Institute apunta que en entre el 20 y 25% de la fuerza laboral de las economías avanzadas podrá trabajar desde casa entre tres y cinco días a la semana. Esto representa entre cuatro y cinco veces más trabajo en remoto que antes de la pandemia. Recientemente se ha anunciado, además, que los funcionarios del Estado podrán teletrabajar tres días a la semana de manera voluntaria, una noticia sin precedentes en España. 

Muchas compañías adoptarán modelos híbridos que combinarán el teletrabajo con la presencialidad, pero está será distinta a como la conocíamos hasta ahora. En el futuro, cuando vayamos a la oficina, será para interactuar con los compañeros, para hacer reuniones, sesiones de brainstorming, comidas, etc. No tendrá mucho sentido ir a la oficina para estar tú solo delante del ordenador. El informe de McKinsey apunta que los espacios destinados a oficinas se reducirán un 30% y esto puede suponer un cambio en la geografía del trabajo y en la forma de organizar y plantear la vida en las ciudades. Muchas personas ya se han trasladado a ciudades pequeñas o segundas residencias para desempeñar, desde allí, su actividad laboral. 

Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo» – Albert Einstein 

- Más actividades de equipo: a excepción de algunos casos, hay muchos trabajos en la actualidad que se desarrollan a través del ordenador y se pueden realizar desde cualquier espacio. Esto tiene muchas ventajas y un inconveniente: el sentimiento de equipo y pertenencia cuesta más de crear. Por eso, las empresas del futuro contarán con muchas más actividades de teambuilding, que contemplarán encuentros, salidas y comidas para reforzar vínculos y estrechar lazos entre todas las personas del equipo. 

Gallup ha identificado que la prioridad más importante para la Generación Z y los Millennials cuando buscan empleo es encontrar una compañía que se preocupe por su bienestar, tanto físico como emocional. En segundo lugar demandan un líder ético y, por último, una compañía diversa e inclusiva. Esto es importante tenerlo en cuenta porque estas generaciones ya representan el 46% de la fuerza laboral.

- Inteligencia emocional y capacidad de aprendizaje: estas serán las competencias más importantes para el profesional del futuro. Siempre he considerado que son dos habilidades muy importantes, pero tomarán todavía más relevancia en el futuro. Es imprescindible contar con personas empáticas, resolutivas y que tengan facilidad y ganas de aprender y será importante tener en cuenta estas habilidades en los futuros procesos de selección. 

En el post de hoy hemos apuntado tres posibles cambios de las empresas del futuro, pero estoy seguro de que habrá muchos más. Estamos en un momento de transición hacía un nuevo modelo de oficina, con equipos deslocalizados, mucho más diversos, internacionales y tecnológicos. Albert Einstein decía que si queremos resultados distintos no hagamos siempre lo mismo. Ahora tenemos la oportunidad de mejorar las compañías para adaptarlas a la nueva realidad. 

¿Tú cómo te imaginas las empresas del futuro?

¿Qué cosas crees que cambiarán?

 

Libro "Diario de un Millennial"

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