Durante las vacaciones de verano he dedicado mucho tiempo a una de mis grandes aficiones, leer libros.
Entre todos, hubo uno que me generó un gran interés y su título es Buenos equipos, proyectos imbatibles de Adrian Gostick y Chester Elton.
Las investigaciones de Chester y Gostick demuestran que el verdadero éxito que dura en el tiempo se basa en un tipo de equipo de alto rendimiento formado por personas comprometidas que comparten la misma pasión y una visión común.
La verdad es que es una guía muy particular y orientada a forjar equipos rompedores, llenos de pasión y con una visión revolucionaria.
Las 8 claves de los equipos de excelencia
En uno de los capítulos del libro se exponían las características que comparten las personas que acaban creando grandes grupos de trabajo, tanto por su eficiencia como por la buena relación entre los miembros.
Este listado pudieron crearlo después de realizar cientos de entrevistas a equipos y empresas.
Llegando así a la conclusión de que los equipos de trabajo de excelencia comparten las siguientes características:
- Pedían información y ayuda a sus compañeros. Dar y recibir es lo que se esconde detrás de esta premisa. Somos animales sociales y si interactuamos con nuestros compañeros de trabajo, igual que lo haces con tu familia y amigos, generarás un entorno de confianza muy similar al que ya tienes fuera del horario laboral. Se trata de que en el trabajo nos acabemos comportando igual que en nuestra vida diaria, siendo naturales, nosotros mismos, pidiendo ayuda cuando la necesitamos y dándola en el momento en que piden la nuestra.
- Ayudaban cuando se les necesitaba incluso cuando estaba fuera de sus obligaciones. El altruismo nos hace sentir mejores personas, ya que estamos haciendo un bien al resto de personas que nos rodean. Debemos ser generosos y ayudar siempre que podamos y nos los permitan nuestros objetivos personales en la empresa.
- A veces se relajaban y se mostraban vulnerables. Nos encerramos dentro de corazas para vivir en el entorno laboral. Parece que debemos aparentar ser invencibles e insensibles ante todo, ya que la dureza y la frialdad hasta hace poco eran valores que se buscaban en muchos perfiles profesionales. ¡No somos robots! Somos seres humanos y tenemos que ser nosotros mismos en todas las partes de nuestras vidas: trabajo, casa y con los amigos. Así seremos más felices y estaremos más comprometidos con todo. Sé vulnerable si es necesario, todos lo pasamos mal en algún momento y que nos apoyen nos ayuda a superarlo más rápido y a crear vínculos fuertes con la gente que te ayuda.
- Se comprometían siempre que era necesario. El compromiso es un arma muy potente, pero cuando surge de manera natural y no forzada. Si queremos que un equipo esté comprometido, debemos trabajar todos aquellos aspectos que hacen felices a las personas. Que estén a gusto en la compañía, que disfruten de lo que hagan, que tengan libertad para decidir y puedan compaginar todos los aspectos de su vida. Así es como se construye una empresa feliz y comprometida.
- Asumían sus errores. Errar es de humanos. Recordad lo que he dicho antes: no somos máquinas. Vivimos, sentimos y nos equivocamos. Reconocerlo no es malo, ya que cuando algo no sale como esperábamos nos ayuda a aprender. Ya sabemos qué no debemos hacer. Así es como se llega al éxito, a base de pequeñas trabas y aprendizajes vividos en el camino.
- Evitaban hablar de miembros ausentes del equipo. Evita que a un compañero ausente le piten las orejas. Criticar y hablar de forma negativa de alguien no presente solo ayuda a crear malas sinergias grupales. Como máximo, si se habla de alguien que sea por un hecho positivo.
- Respondían con rapidez si otros miembros del equipo les pedían información. De esta forma demuestras que las personas te importan y están pendientes de tus necesidades. Ya que a veces te urge lo que pides y si la respuesta es rápida siempre se agradece. Trabajar en un entorno de confianza facilita mucho el pedir favores y que se otorguen con rapidez.
- Compartían de forma proactiva información que podía ser valiosa para otros miembros del equipo. La información relevante es importante que sea conocida por todo el grupo de trabajo. La transparencia y el intercambio de conocimiento relevante mejoran el compromiso emocional de las personas, la sensación de seguridad y el poder realizar nuestro trabajo con conocimiento de causa.
Si relees estas ideas verás que en realidad son muy simples de listar y recordar.
Sin embargo, muchas veces son difíciles de llevarlas a término por distintos motivos, que suelen tener que ver con los propios integrantes del equipo, quien está liderando o los propios valores de la empresa.
Para que se den los factores de la lista tienen que estar completamente alineados los empleados, el líder y los valores.
Un ejercicio para construir un buen equipo de trabajo
El ejercicio que propongo es muy sencillo.
Consiste en que todo el grupo de trabajo se siente y tenga una discusión abierta sobre estas ideas.
Durante unos meses, en la reunión semanal se pueden dedicar entre 5 y 10 minutos como máximo a revisar uno de los ocho puntos de la lista y comentar todos juntos ideas de cómo llevar a término ese objetivo.
Muchas de las interacciones que tenemos como equipo vienen dadas por hábitos que creamos sin darnos cuenta.
La mejor forma de que estos hábitos sean saludables para el grupo de trabajo y para nosotros mismos es crearlos siendo conscientes de ellos.
Así nos gustará la forma en que nos comportamos y se comportan con nosotros y que nos sean útiles para hacernos mejores personas y mejor equipo.
Por ejemplo, si a alguien de la empresa le cuesta pedir ayuda, por timidez o porque siempre se ha considerado una persona muy autosuficiente, puede exponer esto en el momento en que se debata sobre el primer punto de la lista “pedir información y ayudar a los compañeros”.
Exteriorizar lo que pensamos nos ayuda a crear una sinergia de transparencia que facilita la consolidación del grupo de trabajo.
EL “buen rollo” fluye más fácilmente y, por ejemplo, a esta persona que le cuesta pedir ayuda, recibirá un feedback bueno del equipo, animándole a pedir ayuda y a darla y esto le dará ínfulas para ser más comunicativo en el futuro.
Al final, el único gran secreto es hablar y dedicar tiempo a comentar el listado de ideas.
Cuanto más se integre el mensaje en el grupo, más ganas tendrán de cambiar y llevar a tiempo todas estas mejoras y que sean parte de nuestros hábitos diarios dentro de la compañía.
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