¿Estás a gusto en tu trabajo o con la profesión que desarrollas actualmente? Si tu respuesta es un “sí” rotundo, entonces estás de enhorabuena.
Si me vas a responder “no”, ¿qué haces? Tiempo te falta para salir de esa vida que has creado y no te gusta.
Sé que da miedo dar ese paso y que a muchos les puede costar.
Salir de tu zona de confort cuesta, porque te reporta seguridad y estabilidad. Más si tienes unos ingresos fijos que te ayudan con la hipoteca, el alquiler, la familia e hijos o con los gastos mensuales de los cuales no puedes desentenderte.
Sigues ahí, te mantienes, consideras que la seguridad es más importante que tu propia felicidad, pero si realmente necesitas un cambio profesional en tu vida, hazlo.
Siempre estás a tiempo y, lo más importante, se puede hacer.
Podcast Lunes Inspiradores: “Salir de tu zona de confort”
Actualmente, presento junto a Mónica Günther un podcast llamado Lunes Inspiradores, donde damos diferentes herramientas para ser más felices en el trabajo y en la vida cotidiana.
Lo hacemos a través de entrevistas de valor. Cada semana invitamos a algún emprendedor o profesional con un recorrido vital inspirador y que pensamos que ayudará a nuestra audiencia.
Hace poco, estuvo con nosotros Rafael Vídac y nos habló de su reconversión profesional y cómo las personas debemos salir de nuestra zona de confort cuando no estamos bien.
Esta entrevista me ha servido de punto de partida para el artículo y exponer aquí las ideas esenciales que surgieron de la tertulia.
Sigue leyendo, pero también te invito que cuando termines, escuches la píldora del podcast Lunes Inspiradores dedicada a Rafael Vídac y a la necesidad de salir de la zona de confort.
¿Cómo salir de nuestra zona de confort?
La campana que suele sonar y que te indica que debes salir de tu zona de confort es algún tipo de incomodidad emocional. Te das cuenta que algo muy importante está fallando y que requiere tu máxima atención.
A veces, dejamos que esa alarma suene durante mucho tiempo, pero algún día acaba por ser tan estridente que ya no podemos omitirla.
¿Qué debemos hacer ante esa llamada de atención?
Primero de todo, no pienses que solo tienes talento para lo que estás realizando en este momento.
Las personas somos buenas en varias cosas. Es natural tener diferentes talentos, no solo uno.
Por ejemplo, Rafael Vídac es ingeniero civil y trabajó de ello durante muchos años, pero un día descubrió la terapia psicocorporal. Se fue formando en esta disciplina y hoy en día se dedica en exclusiva a ser terapeuta. Además, de ser el autor del libro El hombre más rico del mundo.
A partir de aquí te expongo las ideas que surgieron en el podcast y que considero imprescindibles para crear “la llave del cambio”:
- Vocación. No es lo mismo trabajar por necesidad que por vocación. Si tienes claro a qué te quieres dedicar en tu nueva experiencia vital profesional, ya tienes un aspecto muy importante cubierto. Porque la vocación es el fuel de la motivación y esto es muy importante para trabajar por y para el cambio.
- No tener miedo a tener miedo. Miedo al cambio lo tenemos todos. No debes avergonzarte por eso, ya que es natural que surjan dudas ante una aventura desconocida. Pero a lo que no debemos tener miedo es a afrontar ese miedo al cambio. Sino jamás nos lanzaremos a andar nuestro nuevo camino. Debemos pensar que lo que surge después de un cambio siempre es positivo, porque es lo que estábamos buscando y a donde queremos llegar.
- No es necesario tocar fondo para cambiar, aunque es lo más frecuente. La necesidad del cambio surge de darnos cuenta de que hay una necesidad nueva en nuestra vida. Una actividad creativa, una nueva vocación o posibilidad de trabajo. Pero esa consciencia no todos la tenemos suficientemente desarrollada. La gran mayoría necesitamos una señal o alarma, que suele ser una crisis existencial para desencadenar el cambio. Como por ejemplo que te despidan. Pero no siempre tienes que tocar fondo para realizar el cambio, también puedes provocarlo tú mismo cuando lo consideres necesario.
- Formarse antes de cambiar. Si lo que quieres es reorientar tu profesión dentro del mismo sector, tal vez necesitas poca formación o ya tienes la experiencia porque la has ido ganando en tu actual trabajo. El resto, si lo que queréis es dar un salto mayor y cambiar de sector, será necesario formarse previamente. Puedes ir estudiando mientras lo compaginas con tu actual profesión o tomarte un tiempo sabático para volver a ser estudiante.
- Ningún esfuerzo que haces es inútil. Todo sirve para ser mejor en la vida y en nuestra futura profesión. Piensa que cualquier cosa que hayas aprendido te servirá, “aunque empieces plantando margaritas y acabes pintando barcos”, como dice Rafael Vídac. Porque de todo se aprende y nos sirve de cara al futuro.
- Unos ahorros nunca vienen mal. Esto lo he repetido por activa y por pasiva en muchos de mis artículos. J Así que para los que sois asiduos a mi blog ya debéis tenerlo interiorizado. Ahorra lo que necesitarás para vivir entre 3 y 6 meses, así, el tiempo de transición entre tus dos profesiones lo recorrerás con tranquilidad y no lleno de angustia, porque tus gastos esenciales estarán cubiertos.
- Todas las formas de realizar el cambio son buenas. Cada persona es un mundo y cada una afronta los retos que le plantea la vida de forma diferente. No hay un método mejor ni peor para realizar un cambio. Puedes compaginar tu anterior trabajo con tu aventura profesional, hasta que puedas soltar tu anterior vida con cierta seguridad de éxito en la nueva, o puedes dejarlo todo de golpe y lanzarte a la piscina directamente.
- Las personas SÍ cambian. La frase “las personas no cambian” es la frase de manual que suelen usar las personas que tienen miedo a cualquier cambio y son reticentes a salir de su zona de confort. Sí podemos moldear quienes somos y convertirnos en aquello que queremos ser. Estudios recientes demuestran la plasticidad increíble del cerebro y su capacidad de aprendizaje continua hasta el día que nos morimos. El cerebro está diseñado para ir en piloto automático, no dejemos que lo haga, pongámoslo en modo creativo en todo momento.
- Energízate. Si tus niveles de bienestar son altos, estarás a gusto haciendo casi cualquier cosa. Acércate a todas aquellas personas o actividades que sabes que te llenan de energía y rehuye las que no. El factor energía es muy importante a la hora de tirar adelante nuevos proyectos.
Aferrarse a lo conocido y a la zona de confort, a largo plazo, te hará infeliz si necesitas un cambio. Busca una nueva zona de confort. Suelta la seguridad, lánzate a la aventura y por el camino conseguirás ensanchar tu conocimiento y habilidades y un día llegarás al puerto que estabas buscando.
¡Ahora escucha la píldora de Lunes Inspiradores dedicada a Rafael Vídac y a la necesidad de salir de la zona de confort!
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