Todos hemos comenzado el 2017 con nuevos propósitos. Deseos que buscan mejorar nuestra vida y también la carrera profesional. Ya que todo está entrelazado y lo que afecta a un aspecto de tu vida afecta a los demás.
Para ser la empresa más feliz del mundo, uno mismo también tiene que ser la persona más feliz del mundo.
Pero seamos realistas, la mayoría de veces estos propósitos son genéricos y caen en saco roto al tocar las doce campanadas.
El 31 de diciembre nos ilusionamos con todo lo que haremos y al acabar la noche, el sueño y para algunos la resaca, nos borran la memoria.
Conclusión, el día 2 de enero (porque el 1 de enero nadie existe) volvemos a nuestra rutina, seguimos abusando de las comidas, del café, del tabaco (quien fuma), nos sentamos en nuestra silla del trabajo sin ilusión y nos quejamos del malévolo jefe que nos ha tocado, pero nada más.
No movemos un dedo para cambiar la situación.
Seguimos en piloto automático con nuestras vidas. No nos paramos a pensar ni un momento qué nos puede hacer felices o qué necesitamos realmente. Si cada uno de nosotros seguimos así, entonces jamás iniciaremos el camino hacia nuestra realización.
Por este motivo, lo primero que os recomiendo para empezar el año es “para y decide ser feliz”.
Clave 1 para ser la empresa más feliz del mundo: Para y decide ser feliz
¿Ya lo has hecho? ¿Has parado tu piloto automático y has tomado consciencia de ti mismo? Entonces vas por el buen camino.
Si quieres ser feliz en tu trabajo, primero debes empezar por la felicidad individual.
Hacernos preguntas es un paso esencial para descubrir lo que se puede mejorar y qué podemos aportar cada uno de nosotros para alcanzar la excelencia y la máxima satisfacción en el trabajo.
Igual que las personas vamos en piloto automático, también pasa con las empresas. Las organizaciones cometen repetidamente los mismos errores porque no se atreven a pararse a pensar y ser felices, de modo que sus miembros pueden cuestionarse si esa es la mejor manera de trabajar.
Si tú te cuestionas las cosas, buscas tu felicidad y animas a tus compañeros a que hagan lo mismo, entonces es cuando la empresa también despierta y empieza a percibir qué sucede a su alrededor. Una compañía no es más que el reflejo de las personas que la conforman. Esta puede vivir aletargada o cuestionarse de forma constante como mejorar.
Todo empieza con la individualidad, con el hecho de que tú decidas parar y ser feliz. Cuestionándote de forma constante qué te sucede y qué necesitas.
Ejercicio que propongo para “parar y ser feliz”
Saber preguntar es el primer paso para descubrir lo que necesitamos poner en marcha para lograr resultados nuevos e ilusionantes.
Las preguntas correctas nos llevan a las respuestas correctas. Así la vida nos marcará el rumbo hacia un nuevo sitio, siendo inevitable salir de donde estamos o zona de confort. No hemos de tener miedo a esos cambio, porque los hemos marcado nosotros y son para llegar a una meta que mejore nuestro nivel de felicidad.
Te sugiero que una vez al mes pares y decidas qué te gusta hacer. Analiza cómo han ido las 4 semanas anteriores a partir de estas preguntas que te propongo:
- ¿Con quién te has sentido mejor? ¿Con qué personas conectas más?
- ¿Estás contento/a con tus relaciones personales?
- ¿Qué momentos has vivido buenos este último mes?
- ¿Las decisiones que estás tomando las eliges tú o las están tomando por ti?
- ¿Has sentido auténtica felicidad en este último periodo? Si la respuesta es no, entonces ¿cuánto hace que te sentiste así por última vez?
- ¿Estás orgulloso de ti mismo y de lo que haces?
- ¿Te arrepientes de no haber intentado algo? ¿O has intentado algo y te arrepientes de haber fallado?
- ¿Qué quieres cambiar de tu vida?
- ¿Estás postergando algo que es importante para ti? Un deseo, un sueño, una decisión o un cambio. Si es así, ¿por qué lo estás retrasando? ¿Afecta esto a tu nivel de bienestar o felicidad?
- Basándote en tus motivaciones personales para ser feliz, ¿qué estás haciendo en estos momentos para fomentar tu felicidad? Y si no lo estás haciendo, ¿qué necesitas hacer para empezar?
Estas cuestiones pueden ser respondidas desde el ámbito personal y el profesional, porque a fin de cuentas somos una única entidad. No estamos compartimentados y nuestros sentimientos y anhelos los llevamos con nosotros todo el día y a todas horas. Hay un círculo virtuoso que lo conecta todo. Si estás bien desde que te levantas hasta que te vas a dormir, esto es lo que percibirá tu familia por la mañana, tus compañeros en el trabajo, tus amigos a media tarde y tu familia de nuevo por la noche. En cambio, si algo falla, esto se verá reflejado en el resto de tu día.
Ponte delante de una hoja en blanco. Sé sincero contigo mismo y apunta las respuestas. A partir de ellas idea un plan de acción. Así, mes a mes, verás una evolución progresiva y positiva de tu nivel de felicidad. Porque si sabes qué te hace feliz y qué no, entonces el camino para cambiar las cosas es muy sencillo de trazar. Otra cosa es andarlo, ya que siempre se necesita valor para ello y afrontar los cambios.
Pero sonríe, porque las mejoras constantes, siempre te reportarán un mayor nivel de motivación y bienestar.
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