Estar al frente de una compañía requiere tener en el ADN un componente fundamental llamado ‘liderazgo’. Pero no nos confundamos, saber dirigir una empresa mediante esta cualidad no es marcar un rumbo estático donde todas las responsabilidades caen sobre una misma persona y, por ende, ésta puede actuar de manera autoritaria. Todo lo contrario.

Un buen líder nace (o se forma con el paso de los años) sabiendo lo importante que es escuchar a los demás, aprender de ellos y premiar las buenas decisiones que han comportado grandes resultados. De modo que un líder sin su equipo nunca progresará, aun teniendo grandes capacidades empresariales.

Para tomar consciencia de este cargo, James M. Kouzes y Barry Z. Posner profundizan sobre este desafío y me resulta especialmente muy interesante cómo sintetizan el liderazgo en 5 prácticas y 10 compromisos. Podéis encontrarlos en su obra The Leadership Challenge, mientras tanto, démosles un vistazo.

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Por cada práctica, hay dos compromisos que llevar a cabo:

(Práctica) Modelar el camino:

1. Clarificar los valores encontrando tu propia voz y afirmando los ideales compartidos.

Todo valor sobre el que se sostenga una compañía debe compartirse entre todos los integrantes. Tú, como líder, puedes proponer que un determinado valor es el que más se asocia con la empresa, por vuestro modo de trabajar, visión de futuro, etc. Pero pese a ello, los compañeros deben de reafirmarlo, debe haber un sentimiento mutuo de que estáis trabajando con unos mismos valores empresariales.

2. Dar ejemplo alineando las acciones con valores compartidos.

Igual de importante es la teoría como la práctica. Demuestra siempre en cada una de tus decisiones que te mueves por los valores que previamente habéis marcado.

(Práctica) Inspira una visión compartida:

3. Visualizar el futuro, imaginando posibilidades muy interesantes y ennoblecedoras.

La actitud siempre será positiva. Aspira a una carrera profesional llena de éxitos, desafiando retos que sepas que, como equipo, podréis alcanzar seguro. Esta mentalidad alienta a dar lo mejor de cada uno para construir juntos un futuro de empresa excelente.

4. Construir una visión común apelando a las aspiraciones compartidas.

Como ya hemos señalado, es esencial escuchar el resto de compañeros. Poniendo en común sus aspiraciones, podréis constituir qué visión tenéis como compañía.

(Práctica) Desafiar el proceso:

5. Buscar oportunidades aprovechando esta iniciativa a la vez que se investigan nuevas formas innovadoras de mejorar.

Una vez el conjunto de opiniones va encaminado hacia una misma dirección es más sencillo proponer nuevas metas profesionales. Es muy gratificante ver esta progresión porque significa que la compañía quiere mejorar, encabezar el mercado siendo la primera en incorporar novedades…

6. Tomar riesgos para alcanzar pequeños logros y aprender de la experiencia.

Si no arriesgas no ganas. La mentalidad ‘always testing’ es la mentalidad propia de un líder; puedes conseguir un éxito inesperado como equivocarte pero aprender de la experiencia. Sólo así, corregirás tus propios errores y encontrarás el camino acertado.

(Práctica) Animar a otros a actuar:

7. Fomentar la colaboración basándose en la confianza y facilitar las relaciones.

A fin de que la toma de decisiones adquiera fuerza es importante animar a toda la empresa a pasar a la acción. Esto sólo se consigue con un clima de confianza y respeto mutuo. La gente se sentirá cómoda y valorada, por lo que responderá mucho mejor.

8. Fortalecer a los demás mediante el aumento de la libre determinación y el desarrollo de competencias.

Y precisamente el hecho de valorar las decisiones de alguien significa hacer que se sienta realizado con el trabajo y que sea él quien es el responsable de sacar adelante un proyecto importante. Con esta predisposición, sus resultados serán brillantes y estaremos contribuyendo a que desarrolle todas sus competencias.

(Práctica) Alentar el corazón:

9. Reconocer las contribuciones demostrando aprecio por la excelencia individual.

Aunque el mérito siempre debe tener como nombre un ‘Nosotros’, reconoce de manera individual los esfuerzos de cada uno. Cada compañero aportará una cualidad única a la empresa de modo que es necesario tener en cuenta su contribución personal.

10. Celebrar los valores y las victorias creando un espíritu de comunidad.

Tienes un equipo 10, grandes aspiraciones y mejores resultados. Ya sólo te queda dedicarle un tiempo concreto, entre tanto trabajo, a celebrar estos frutos. Si tu compañía ve que premias sus esfuerzos, potenciarás el espíritu de comunidad tan necesario para una empresa de “Perfil A”.

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