Inconformistas, narcisistas, mimados, impacientes. No es la primera vez que oigo a alguien criticar a los Millennials:  

“quieren tenerlo todo ya”

“ no saben vivir sin tecnología”

“ a la primera de cambio se derrumban”

no hay titulares que destaquen sus virtudes o habilidades y muchos de los artículos que se publican sobre ellos son negativos. Lo cierto es que pocas veces pensamos que son un reflejo de la evolución de nuestra sociedad.

Su impaciencia es fruto de la instantaneidad de la tecnología con la que ellos han crecido y es verdad que están enganchados a ella pero, ¿acaso no lo estamos todos? La gente envía mensajes de voz mientras camina por la calle, en el metro nadie habla porque todo el mundo está pendiente de sus pantallas, en los restaurantes los padres distraen a sus niños con un ipad… La tecnología ha entrado en todas las esferas de nuestra vida, transformando nuestra forma de relacionarnos y consumir información. El último estudio de Fundación Telefónica recoge que:

La mensajería instantánea es el canal favorito del 95,1 % de la población española

Whatsapp es nuestra segunda voz: el 96,8% de los jóvenes españoles utiliza whatsapp como canal preferente para comunicarse

1 de cada 3 hogares conectados a internet contrata plataformas de pago para ver contenidos audiovisuales

 

A todo esto, la primera Ola del Estudio General de Medios (EGM) añade que el 10,7% de los españoles ya utiliza asistentes de voz, es decir, 4.300.000 hogares.

Se estima que la Revolución Digital va a tener un impacto cuatro veces mayor del que tuvo la Revolución Industria. Dicha revolución acarreará muchos cambios sociales que algunos solo atribuyen a los Millennials pero a la larga afectarán a todas las generaciones. El cambio tecnológico está provocando que como sociedad seamos distintos.

Recordemos también que estos Millennials fueron educados por baby boomers que contribuyeron a su sobreprotección y que estos mismos Millennials podrían representan los anhelos de sus padres. Quizá son una reminiscencia de la revolución del 68 pero esta vez sacudiendo el entorno laboral, reivindicando más libertad, autonomía y flexibilidad porque el entorno tecnológico así lo permite.

Su poca resiliencia es relativa, hay muchos Millennials que la tienen porque se han encontrado con situaciones difíciles en su vida. Creo que la capacidad de resiliencia no depende de la generación sino de la persona y su educación. Hay muchos padres que han sabido darles la confianza y libertad justa para que se equivoquen y aprendan de sus errores. Por el contrario también he visto padres superprotectores que no quieren que su hijo tenga ningún tipo de dificultad y toman todo lo que tiene que ver con sus hijos como algo propio que tienen que resolver.

Si una cosa define a los Millennials es su pasión y sus ganas de aprender y progresar. Los Millennials quiere trabajan en algo que dé sentido a su vida, algo que esté alineado con sus valores. En el artículo Changing your perspective on productivity, la millennial Jennifer Brook, investigadora en Dropbox,  apunta que un trabajo únicamente tendrá sentido para nosotros si fomenta interacciones humanas, repercute positivamente en los demás y está relacionado con nuestros valores y creencias y esto, es extensible a todas las generaciones.

Yo no quiero ser un Vidal, yo quiero llegar a los 50 con las ganas de comerse el mundo de los 20, con ambición por probar cosas nuevas, forjar relaciones personales en el trabajo y mejorar y aprender de los demás. Yo quiero que el espíritu Millennial se mantenga con el paso de los años y venir motivado siempre al trabajo.

 

 

Diario de un Millennial - David Tomás

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