Según el informe la Universidad Española en Cifras 2019, España mantiene unas tasas de matrículas universitarias elevadas dentro del panorama europeo. De hecho el porcentaje de titulados, en relación a la población entre 25 y 64 años, alcanza el 37,3%, cinco puntos por encima de la UE.
Ya hace años que la “titulitis”ha calado en los procesos de selección, muchas compañías tienen en cuenta la universidad donde ha estudiado o la empresa en la que ha trabajado el candidato o candidata, porque saben que hay unos estándares que se cumplen si ha pasado por allí. Todos conocemos el caso de empresas que solo contratan a personas que han salido de una determinada universidad, a mí me viene a la cabeza una compañía de gran consumo que únicamente incorpora personas que salen de una universidad muy cara, como si tener una carrera universitaria fuera la única garantía para ser un buen profesional.
Puede ser que hayas tenido la oportunidad de estudiar en una prestigiosa universidad porque te lo han podido pagar, pero ¿esto te hace mejor que el resto?
Seguramente habrás desarrollado ciertas habilidades por haber estado en un entorno de excelencia, has tenido suerte. Sin embargo, la persona que no ha tenido la oportunidad de formarse lo tendrá más difícil para adquirir aptitudes, pero eso no significa que no lo consiga. De hecho, si tiene ganas, fuerza y disciplina para aprender por su cuenta conseguirá mejores resultados que los que han pasado por la etapa universitaria.
La titulitis ha calado en los procesos de selección
El término titulitis está tan arraigado en nuestra sociedad que hasta cuenta con una entrada en el diccionario. La RAE acuñó la palabra en 2001:
Titulitis .f. despect. coloq. Valoración desmesurada de los títulos y certificados de estudios como garantía de los conocimientos de alguien.
Esta tendencia, como modelo de análisis y valoración de las cualidades y aptitudes de una persona, es obsoleta, es una regla sin sentido que como bien apunta Vishen Lakhiani, fundador de la plataforma Mindvalley, sobre formación y desarrollo personal, debemos cuestionar si queremos traspasar el espacio cultural y ser empresas extraordinarias.
“Tener un título universitario garantiza el éxito laboral” (regla sin sentido)
Muchas compañías siguen creyendo en esta regla y es la métrica que utilizan en sus procesos de selección, pero ¿es realmente cierto que necesitamos una carrera para triunfar profesionalmente?
De los 100 hombres más ricos de la lista Forbes, 32 no tienen estudios universitarios.
- Steve Jobs (Apple): dejó el Reed College para empezar con su empresa.
- Bill Gates (Microsoft): empezó la universidad de Harvard en 1973, pero la abandonó dos años más tarde para fundar Microsoft.
- Amancio Ortega (Zara): no tiene estudios, comenzó con 14 años trabajando en dos tiendas de ropa.
- Mark Zuckerberg (Facebook): abandonó la Universidad de Harvard en su segundo año para centrarse en Facebook.
Hay más ejemplos:
- Michael Dell (Dell Computer): fue estudiante en la Universidad de Texas en Austin sólo durante el primer curso, cuando decidió abandonar los estudios.
- Richard Branson (Virgin): abandonó los estudios a los 15 años, condicionado por su dislexia, sus resultados académicos no eran brillantes.
- Mary Kay Ash (Mary Kay Cosmetics): nunca fue a la universidad, pero esto no fue un impedimento para que construyera su imperio de belleza.
- Henry Ford (Ford Motor): el hombre que revolucionó el mundo de la automoción tampoco tuvo estudios, empezó a trabajar a los 14 años arreglando relojes.
- Robert de Niro: actuó por primera vez en el teatro de su escuela, donde participó en el Mago de Oz. Cuando creció decidió abandonar totalmente sus estudios para convertirse en actor profesional
- Jack Dorsey (Twitter): fue a la Universidad de Missouri de Ciencia y Tecnología antes de irse a la NYU, donde la dejó para iniciar Twitter.
- Quentin Tarantino: abandonó el instituto con 15 años para dedicarse plenamente a sus clases de actor.
Muchas de las grandes figuras empresariales no pasaron por la universidad, así que me gustaría que esto no nos condicionara a la hora de seleccionar personas para nuestros equipos. A día de hoy, además, puedes formarte de manera autónoma, existen numerosos cursos online y videos que pueden ayudarte.
Para mí, es mucho más importante valorar la actitud, las ganas y la capacidad de aprendizaje. Debemos dar la misma oportunidad a todo el mundo, independientemente del sexo, origen, edad o si tiene títulos o no. Nosotros en Cyberclick ya hace tiempo que apostamos por las “pruebas a ciegas”. Durante nuestro proceso de selección, enviamos una prueba de conocimiento a todo aquel que aplica y en función de su resolución valoramos si avanzamos con su candidatura o no. Este es nuestro filtro junto con la carta de presentación. De esta manera la persona tiene la oportunidad de demostrar si es buena o no, sin importar lo que tenga escrito en su currículum.
Esta es nuestra fórmula para intentar no caer en la titulitis y valorar más a la persona.
¿Cuál es tu propuesta? ¿Qué haces tú para no fomentar la titulitis?